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Cruising gay en el sótano del edificio

Mi hermano vive en las afueras de Marsella, en los suburbios, y a veces paso unos días en su casa. Tengo un perro que saco a pasear de vez en cuando, y normalmente me encuentro con chicos jóvenes charlando y fumando. Son muy varoniles, como a mí me gusta.

Una vez eran sólo dos, un chico blanco de unos veinte años (o quizá un poco más joven) que llevaba zapatos TN y un chándal Lacoste, y el otro un chico mestizo alto, tan bien dotado como el boxeador (tipo atlético).

Al pasar junto a ellos, oí decir a uno de ellos

«Mira el perro de este maricón»

Hice como si no hubiera oído nada, pues no tenía ganas de líos. Y su compañero replicó:

«Sácalo, es el tío que nos mira como una zorra cuando pasa…»

En ese momento, me sentí muy mal, totalmente expuesta. Es cierto, algunas de mis amigas ya me han dicho que rara vez soy discreta cuando miro a los tíos. Tuve el reflejo de darme la vuelta, y el tipo blanco dijo:

«¡Acércate!»

Sin saber muy bien qué hacer, decidí acercarme de todos modos.

«¿Qué buscáis mirándonos?

«Nada, pasear a mi perro, eso es todo»

«No, nos estás investigando, pequeño. ¡Entiendo tu jueguecito!

«Sólo miraba tu estilo, eso es todo, no hay nada malo en ello»

«Vamos. Ven aquí»

Y me arrastró a un sótano oscuro de su edificio. Le seguí porque, bueno, aunque me esperaba lo peor, tenía una sonrisita que me hipnotizó.

En este sótano hay un sofá, con una mesita con algo de hierba encima. Exclama:

«Creo que he encontrado a alguien para sustituir a Latiffa»

Su compañero negro, en el que no había reparado, estaba detrás de mí. Me puso de rodillas y me metió la entrepierna en la cara. Intenté resistirme, pero me dio una bofetada. No con fuerza, sólo lo suficiente para hacerme comprender que no podía resistirme y para recordarme que lo deseaba.

Se saca la polla, un trozo grande y grueso, aunque aún no está completamente dura. Se endurece rápidamente, aproximadamente unos 22 cm.

Se la chupo con fuerza y acaricio delicadamente sus grandes cojones con las yemas de los dedos y le hago cosquillas en la punta del glande con la lengua.

Parece que le gusta y me dice: «Eres una buena chupadora» El segundo tipo también se saca la polla, me vuelvo hacia él e, inesperadamente, me escupe en la cara, vale, ya sé quién mandaba. :)

Buena pasiva para follar en un sótano – Negra y árabe

BONNE-LOPE-A-BAISER-DANS-UNE-CAVE---RENOI---REBEU Su polla es más fina pero suficientemente larga. Yo también se la chupo y él me sujeta la cabeza con las manos haciendo movimientos de vaivén con su agarre y empujando las caderas.

El mestizo parece impaciente, así que me vuelvo hacia él y se la chupo de nuevo. Mientras tanto, el otro matón se burla de mi culo deslizando su mano bajo mis vaqueros, que decido quitarme. Muy excitada, me siento como una zorra, una esclava de estos dos brutos.

El blanco del chándal se pone un preservativo y de repente me penetra el culo. Duele un poco, pero mis gritos son amortiguados por la gran polla negra. Al final, la polla en mi culo me embiste y me sienta tan bien. ¡Acelera y me vuelve loca! Cuanto más gimo, más rápido va.

«Eres una buena zorra, dilo, ¡te gusta!»

Y yo «¡Mmm sí, es bueno!»

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Siento que la polla de mi culo se hincha como si estuviera a punto de correrse dentro de mí, pero se retira y se corre en mi espalda. En ese momento, el negro ocupa su lugar y me mete la polla en el culo, también sin piedad. Mientras me sujeta las caderas me da fuertes embestidas y gime ruidosamente, acabando por correrse dentro de mí. Eso también hace que me corra con fuerza, una buena carga de semen.

En ese momento, los dos matones se marchan, dejándome allí y diciendo:

«Esto queda entre nosotros, tío, ciao»

3 comentarios

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