¡Gaetan es un sumiso puro! Con Kad, el árabe con el que acaba de chatear por Internet, organizaron un encuentro en el sótano. Kad le advirtió que lo quiere sucio y que debe obedecer todas sus órdenes.
Al principio, el sumiso ya está a cuatro patas, esperando pacientemente a su amo. Cuando Kader llega, ve las nalgas ofrecidas del joven macho. Eso es suficiente para que nuestro macho alfa se empalme en sus pantalones. Sin mediar palabra, saca su polla y ordena a su nueva perra que se la chupe.
De rodillas, Gaetan ofrece al macho árabe una buena mamada. Chupa el glande y lame el tronco a lo largo. Disfruta de la gruesa polla de su semental. Le acaricia los huevos y le hace una garganta profunda.
Excitado como una perra, el pasivo suplica que se lo follen. Kad lo inmoviliza contra la pared y se lo folla como un cabrón. Le embiste sin descanso, sin darle un momento de respiro. Su culo da palmadas con cada poderosa embestida de Kad. Suplica a su amo que vaya más despacio y, por supuesto, no le hace caso. Después de follárselo brutal y dolorosamente, le saca la polla dilatada del ano y lo pone de rodillas. Allí, le acaricia la polla por la cara y derrama su semen por toda la barba del sumiso.
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